2 de junio de 2019

Sí, quiero

SÍ, QUIERO. Un día le pediré a ese hombre que amo que se case conmigo. Nos casará un amigo mío actor que tiene los ojos muy grandes, para que sea un poquito mentira pero tenga mucho de verdad. Le propondré que se jure fidelidad a sí mismo, como yo haré conmigo. Que sea honesto aunque a veces duela y que juegue a pedir lo que necesite sin pensar si le diré que sí o que no. Que nos encontremos los días impares de las semanas alternas de los meses acabados en número primo o, lo que es lo mismo, cuando tengamos tantas ganas del otro que nos mordamos las uñas de los pies. Que me haga el amor con la desfachatez de un náufrago y la ternura de un niño, y sólo si le apetece mucho. Voy a mirarlo bien para que pueda explicarme sin tapujos qué tipo de persona es cuando no le da la luz o cuando se siente a oscuras. Voy a pedirle que me mire bien adentro cuando le hablo para que pueda saber qué persona soy los días inciertos de lluvia. Voy a prometerle quererlo también en la sombra y retirarme tranquila si algún día su querer no me hace bien. Voy a pedirle que abandone el barco si mi amor se vuelve gris o le atormenta. Voy a jurarle que voy a crecer. Voy a pedirle que crezca. No voy a pedírselo de rodillas sino en horizontal. No habrá cajita ni anillo. Nos daremos las manos. Nos reiremos. Brindaremos. Y luego bailaremos cualquier cosa agarrada con nuestras barrigas tan juntas que sentiremos el ruido de nuestros intestinos, el grueso y el delgado juntos. Yo lo llamaré mariposas, él lo llamará química, pero ambos sabremos que están hablando nuestras tripas. ¿Quieres ser tú mismo en la luz y en la oscuridad? ¿Amarte y respetarte todos los días de tu vida? ¿Seguir tu propio camino hasta la eternidad? Si, quiero. Te elijo a mi lado. Yo nos declaro hombre y mujer. Ven y dame un abrazo. Autora Gemma Almagro La de la foto: Yo la vez que estuve bronceada

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