22 de enero de 2009

Diversión de Miércoles por la Noche

Y sí, las salidas nocturnas veraniegas son divinas.
Pero por una combinación de factores se hacen cada vez más meditadas.
No es cuestión de agarrar la cartera y salir no más, hay que sacar cuentas para el taxi de vuelta, lo que vayamos a consumir, acordar de encontrarnos con alguien y todo eso sin mencionar lo que las mujeres solemos anteponer a todo eso: ropa, estado general (estoy toda hinchada, hoy tengo panza, mirá las ojeras que tengo, bla bla bla)
Anoche con una amiga no reímos como si hubiésemos ido al teatro a ver una comedia genial.
Ella estaba en su casa y yo en la mía, ella con anginas, yo...bueno, otro día les cuento.
Así nos la pasamos, mandándonos estas boludeces. Las de ella no las voy a mostrar por una cuestión de derechos de autor, pero eran muy graciosas.
Y yo tengo otras también, pero prefiero conservar un poco mi imagen...(tarde?)
El sitio se llama FaceInHole.







14 de enero de 2009

Actualización

Bueno, a ver si me pongo un poco en orden.
Un breve repaso de los sucesos quizás ayude.
Para el Solsticio, 21 de Diciembre, tuve la fiesta de los diez años de la Cigale.
Eso quiere decir en realidad un mega reencuentro, casi como debe ser para la mayoría esas reuniones de ex alumnos a las cuales jamás en mi vida fui.
No sé si porque nunca se hicieron o se hicieron y nunca me invitaron.
La Cigale tiene en mi vida una destacada importancia, por el tiempo que pasé allí, por los afectos, por las experiencias vividas y por un sin fin de situaciones, personas, anécdotas y emociones.
A mucha gente la dejé de ver y a algunas otras las he visto con escasa frecuencia.
Lo más lindo fue descubrir que a la gente que quise mucho, la sigo queriendo aunque nuestro contacto no sea el que era.
Que a pesar del tiempo y algunas heridas los vínculos a los que les dí importancia en ese momento seguían siéndolo, seguían teniendo la categoría de vínculo.
Que los diez años pasaron para todos, no solo para mí. Todos cambiamos, todos crecimos.
Y que seguirá siendo un lugar al que pertenezco.

Luego de esa fiesta de la que volví a las diez de la mañana a mi casa, trabajé bastante, tuve varios eventos y se activó mi vida social.
Pasé el fin de año en un lugar extra top (trabajando, off course)y junté unos billetines que tanta falta me hacían.

Tuve un impulso y a través de facebook recluté a toda la tribu que lleva mi apellido paterno, los agregué como amigos y todos me respondieron.
Conocí a la gente que porta mi apellido y vive en diferentes partes del mundo, la mayoría en Nueva York, pero hay también en París, Italia (muy pocos teniendo en cuenta que es un apellido tanísimo!)Venezuela, España.
Fue una experiencia inesperadamente grata. Aparentemente todos nos sentíamos los únicos, sin parientes en el país de residencia, con muy poca información de la rama familiar y esa sensación heredada de nuestros bisabuelos/abuelos/padres del dolor del inmigrante, de esa extrañeza.
De no saber bien a dónde una pertenece. A la dificultad de clavar en el suelo y echar raíces. Algo muy de acá, pensaba yo, los argentinos tenemos mayoría de herencia europea que de los nativos de estas tierras y lo que tomamos del europeo fue ese registro de la partida de la tierra natal y la llegada a una tierra completamente nueva.
Una mezcla de dolor y esperanza. De negación del pasado, de nostalgia, de estar fuera de la tribu, etc.
Todas estas sensaciones vinieron a mí como una ola gigante. De golpe, con todo, intensa, vívida.
Durante unos días tuve miles de impresiones, sensaciones, imágenes y sobre todo anhelo de reconexión con esa porción italiana que desde chica rechazaba.
No me gustaban los tanos, nunca le presté demasiada atención a las cosas de la familia, ni sabía de qué parte de Italia había venido mi bisabuelo.
Qué hacía yo reclutando gente como si fuera una buscadora de antepasados o conocedora de datos? Si hasta el momento lo tenía casi negado?
Y bueno, esas cosas inexplicables que aveces me suceden cuando me dejo llevar por un llamado interno, intuitivo.
Lo que se generó fue maravilloso. Algo se remendó, se ligó, se reconectó...Todos sentimos que estábamos encontrando familia. Todos nos emocionamos con ese reencuentro,la mayoría jóvenes, muy jóvenes y encantadores. Comenzamos a comunicarnos, a contarnos cosas, a caernos simpáticos y a tratarnos como primos aunque las familias quizás ni siquiera se hayan conocido.
Más atrás o más cercano en el tiempo, estuvimos relacionados alguna vez y con eso nos bastó.
Hubo bromas, complicidades y hasta apoyo en una situación dolorosa como un duelo.
Cosas de la postmodernidad absoluta. El Facebook es para mí increíble.
Un recuperador de redes, estoy maravillada!
Luego de eso vino el procesamiento de todas esas impresiones, el reacomodamiento y el método fue a través de las constelaciones familiares.
Un trabajo terapéutico que amo,que siempre disfruté, que me resulta poderoso, claro, simple e increíblemente valioso.
Este trabajo me dio una mirada diferente, me ayudo a pararme en mi lugar...y mucho más no puedo decir. Eso es lo suficientemente fuerte ya.

Mi amiga Andrea (de ascendencia Mapuche) me regaló un Kultrún.
Para mí que venía reconectando con la herencia europea con todo lo que eso implica, alguien querido que desciende de los dueños de estas tierras me regala una herramienta sagrada de su gente. PAOOWWWW!!!
Gran impacto. Gran emoción.
Otra cosa para procesar e integrar!
Mi herencia europea, mi nacionalidad, mi espiritualidad pagana, mi rol de integradora de mí misma...
Y el resultado de eso fue una iniciación como mujer.
Un "estar lista, disponible y dispuesta" a algo a lo que había renunciado: a la posibilidad de ser madre, de dar vida.
De dejar fluir esa energía de vida que te viene desde el primer antepasado y se fue pasando del más grande al más chico...
La misma energía de vida que siempre puja para seguir, que a pesar de los abandonos, la historia, los hechos, el dolor, el exterminio, el hambre...lo que sea, siempre, siempre quiere continuar, continuarse, perpetuarse como mayor acto de amor y agradecimiento a la vida misma.
Eso, señoras y señores para mí es un verdadero hito.
No sé si se darán las condiciones, si conoceré a quién sea el padre de esos hijos, ni si esos hijos serán.
Pero yo pude verlos pidiendo pista y lo que hago es entregarme dispuesta a que eso suceda.
Lo demás, la vida dirá...
Cerrarse el vientre por miedo es cerrarse como mujer.
En mi caso fue eso, impedirme a mi misma, como automutilarme por temor, no por elección.
Bueno, eso fue una de las cosas más íntimas que he contado y me pregunto si está bien. Y como estoy tan contenta por eso, no sé, no me importa...y lo dejo.

Y para salir del tema viene mi pie izquierdo como protagonista: me voy a operar en estos próximos días de mi pie, tengo hallux valgus, más conocido en el barrio como juanete y me estuvo generando mucho dolor cada vez que tuve que estar de pie más de treinta minutos.
Así que considerando que voy a seguir trabajando de moza, yendo a la facultad, haciendo mis caminatas, saliendo y viviendo la vida de una persona joven (que hasta puede llegar a ser madre...!!!) me opero ahora y me libero de la limitación...living la pata loka!

Bien.
Si alguien se leyó todo esto digo: guau.
Porque yo estoy acostumbrada a seguirme las transformaciones de estados, procesos y estadios "poco comunes" por llamarlos de alguna manera.
Son muy pocas las personas a las que realmente les interesan y los pueden comprender.
Por más buena voluntad y cariño que me tengan, mucha gente se ha perdido varios capítulos y los comprendo.
Asi que si he podido aceptar eso, de seguro no me sorprenderá que al tercer o cuarto párrafo hayan huído despavoridos.

Y si por casualidad o extremo aburrimiento te leíste todo esto te digo:
(Elegí la opción que más se ajuste a tu estado)


opción 1- viste qué loco..?
opción 2- pobre, no entendiste nada, no?
opción 3- loca, no. Es mi estilo de procesar las cosas, prefiero llamarlo "de una intensidad y ritmo poco habituales". Pero si "loca" es lo que se te ocurre, está bien, no me molesta para nada.

4 de enero de 2009

Qué le pedís a los Reyes?

De niña siempre fui muy buena.
Era una nena muy sensible, tranquila, siempre sonriente y educada.
En mi familia se cuentan muchas anécdotas en las que parezco una especie de princesita, siempre impecable, siempre prolijita.
Cuentan que cuando tenía un año y dos meses me sentaban en las sillas altas para los nenes en un restaurant y yo comía sola, me ponía el bocado de comida en la boca y seguidamente me limpiaba prolijamente con la servilleta, con movimientos precisos y elegantes. Un año y dos meses!!
Dicen que la gente me miraba y me elogiaba y yo siempre respondía sonriendo...era un encanto!
Aunque era muy sociable,simpática y payasita siempre tuve algo de introspectiva, como de reflexión meditativa solitaria...algo que no se ve frecuentemente en los niños. Quizás el hecho de no tener hermanos que me peleen o de quienes copiar barrabasadas me hizo una nena tranquila que podía jugar sola por horas sin que nadie escuchara más que mis diálogos con los muñecos cuando jugaba a ser la maestra o cosas así.
Tengo tantas anécdotas relatadas tanto por mis padres como primas y amigos en los que yo aparezco como una especie de nena adulta, con respuestas y reflexiones de una madurez extraordinaria pero conservando la candidez, la sonrisa y el aire infantil.
Siempre dije que me hubiese gustado treparme a los árboles, disfrutar más de la niñez, curtirme un poco más, fortalecer el carácter. De ese modo no hubiese resultado tan traumático descubrir que no todas las personas eran buenas.
Los hermanos son esos enemigos que te rompen los juguetes, te pegan porque sí, te culpan de algo que no hiciste...y son los grandes entrenadores para salir al mundo!
A los hijos únicos nos faltó ese trainning y tuvimos que descubrir solos y en escena que la realidad "allí afuera" era diferente a lo que vivíamos en casa.
Pero no hubiese sido realmente yo con una infancia más salvaje.
En cuarto y quinto grado fue que empecé a jugar con los varones, a reirme como loca, a volverme más rebelde y "machona". Y lo disfruté un montón.
Pero antes, antes era esta especie de ser extraño, que aún hoy me conmueve.
Y la escena que quedó como registro de eso fue la de una mañana de Reyes, cuando tendría entre dos y tres años.
Me levanté y lo primero que fui a ver es si habían comido el pan dulce y la Fanta que les había dejado.
Yo no dejaba pasto porque sabía muy bien, porque lo había visto con mis propios ojos en el desfile que hacían todos los años en Lomas,que los reyes andaban en camioneta, no en camellos. El hermano de un vecino representaba a Baltazar, el mago negro y esa noche sabiendo él que su hermano iba con una vecinita se inclinó desde esa camioneta que lo paseaba y de entre toda la gente que allí había me saludó dándome la mano.
La fascinación que debe haber reflejado mi rostro! Lo que sí sé es que yo estaba completamente alucinada, no lo podía creer. Inmediatamente me miro la mano y Baltazar había dejado parte de su maquillaje en mi manito que estaba completamente negra, me quedé azorada con los ojos clavados en mi mano. Los grandes se lamentaron creyendo que eso me quitaría la ilusión, sin embargo yo estaba segura de que eso que el rey mago había dejado en mi mano era parte de su toque mágico, de su bendición....me fui a dormir sin lavarme la mano, por su puesto.
Volviendo a esa mañana, después de comprobar que habían estado allí fui a ver mis regalos. La escena era observada por mis padres escondidos.
Dicen que me paré frente a los regalos, abrí despacito uno: era un banquito rojo muy chiquito, lo que yo había pedido.
El otro era también un regalo que había pedido: un paraguas, transparente.
Y había un tercero no esperado, un muñeco tipo bebote de plástico, bastante berreta que me encantó.
Prolijamente separé las envolturas de los regalos. Coloqué el banquito, tomé el muñeco, me senté en el banquito y abrí el paraguas.
Y allí estaba yo, sentadita, con el paraguas abierto y el muñeco. Una sonrisa en mi cara y la mirada vaya uno a saber donde.
La escena duró unos cuantos minutos. Así, en silencio, en sonrisa.
Lo que yo recuerdo de ese momento es que supe que el toque del Mago me había bendecido y yo tenía mi banquito, mi muñeco y mi paraguas...y que nadie en el mundo iba a saber lo que eso para mí significaba. Estaba completa.
Es el momento de mayor felicidad que recuerdo.
Hoy puedo ver que en ese momento sublime yo recibí una bendición mágica, un lugar de soporte donde descansar, algo para protegerme y algo que abrazar y cuidar.
Já, estaba completa!!