24 de octubre de 2008

Agua

Soltar y dejar ir.
Tan simple y tan difícil.
Duele cuando la cascarita se desprende pero provoca un cierto placer retirarla.
Parada frente a los azulejos dejo que el agua que golpea con fuerza en mi coronilla se lo lleve todo, se deslice por mi cuerpo, serpentee y se lo lleve todo.
Limpiar y dejar ir. Convertirme en agua fluyendo blanda, flexible, fresca.

1 comentario:

Christian dijo...

¿Es como catarsis o un suspiro enorme? ¿Estas bien? Sin necesitas algo, chifla... =) Un abrazo.