18 de junio de 2008

En el caldero



Revolvía lentamente con la mirada colgada en los dibujos espiralados que se formaban en la preparación.
El fuego era parejo, contínuo, eterno.

Pudo ver el pasado y el futuro danzando en el espeso líquido rojizo.

Pudo asimilar que en su vida se estaba cocinando su futuro con cada vuelta de esa vara en el caldero.

El intenso color rojizo se fue volviendo cada vez más brillante.
Pequeñas burbujas salían a la superficie trayendo más mensajes desde la profundidad de ese caldero, de ese vientre en el que se gestaba todo.

Sentía fundirse en ese líquido, metiéndose en el caldero humeante...danzando en espiral hacia las profundidades de una vaya a saber dónde!

El paisaje era conocido, su rostro apareció, hermoso como lo recordaba y sonriente como siempre.

El corazón le dió un salto, volvía a verlo después de tanto tiempo...y lo seguía amando como lo amó entonces.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El amor nos hace buscar en lugares muy raros. En realidad, como dicen todos, siempre esta a la vuelta de la esquina. Aunque más no sea un recuerdo.

Llegue de casualidad, y me colgue leyendo. Lindo lugar.

Ayoween dijo...

Bienvenido Christian!

Anónimo dijo...

si esa visión la lleva al tiempo del amor
cómo no amarlo otra vez?

si esa visión revela que el tiempo no existe

entonces como no amarlo, siempre